En su columna denominada Leyenda Personal que se publica cada lunes en el periódico Reforma, Paulo Coelho escribe un texto, casi como si estuviera pensando en nosotros:
"El que se atreve a tener un proyecto en la vida, quien tiene el valor para dejarlo todo y vivir su Leyenda Personal, acabará logrando su objetivo. Lo importante es mantener el fuego en el corazón y tener resistencia para superar los momentos difíciles.
(...)
La subida arriesgada
Durante una tempesdad, el peregrino llega a un albergue, y el dueño del pregunta adónde se dirige.
-Voy a las montañas - responde.
-Olvídelo - dice el dueño-. Es una subida peligrosa, y el tiempo no acompaña.
-Iré de todas formas - responde el peregrino -. Si mi corazón ya ha llegado allí, no será difícil que este cuerpo lo siga.
¿Cuál es el precio?
- ¿El precio de vivir un sueño es mayor que el de vivir sin arriesgarse a soñar? - preguntó el discípulo.
El maestro lo llevó a una tienda de ropa. Allí, le pidió que se probase un traje exactamente de su talla. El discípulo obedeció, y se quedó maravillado con la calidad de la ropa.
A continuación, el maestro le pidió que se probase el mismo traje, pero de una talla mucho mayor a la suya. Y el discípulo así lo hizo.
- Éste no sirve. Me está demasiado grande.
- ¿Cuánto cuéstan estos trajes? - preguntó el maestro al vendedor.
- Los dos tienen el mismo precio. Sólo se diferencian en la talla.
A la salida de la tienda el maestro le comentó al discípulo:
- Vivir el sueño y abandonar el sueño tienen el mismo precio, muy caro en ambos casos, generalmente. Pero la primera actitud nos lleva a comulgar con el milagro de la vida, mientras que la segunda no nos sirve para nada.
La búsqueda del camino
- Estoy dispuesto a dejarlo todo. Por favór, admítame como discípulo.
- ¿Cómo elige un hombre su camino?
- Por el sacrificio. Un camino que exige sacrificio es un camino verdadero.
El abad tropezó contra una estantería. Un jarrón rarísimo cayó desde lo alto, y el joven se tiró al suelo para agarrarlo. Cayó de mala manera y se rompió un brazo, pero consiguió salvar el jarrón.
- ¿Cuál es mayor sacrificio: ver como revienta el jarrón contra el suelo o romperse un brazo para salvarlo?
- No sé.
- En ese caso no intentes orientar la elección por el sacrificio. El camino se elige por nuestra capacidad para comprometernos con cada paso que damos mientras lo recorremos.
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1 comentario:
Lo primero que he pensado cuando he abierto el blog, es " que envidia,pedazo vacaciones!!!", pero cuando he comenzado a leer, y a ver que habeis dejado vuestros trabajos, que habeis vendido los coches, que habeis hecho un testamento, he pensado "estan locos!!Que cobarde soy...".Enhorabuena por "perseguir vuestro sueño".Tenez muchisimo cuidado. Un besin desde España. Noe.
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