jueves, 4 de junio de 2009

Última tarde de viaje

(...) El hoy fugaz es tenue y es eterno;
Otro Cielo no esperes, ni otro Infierno.
Borges, El instante


Es la última tarde de viaje.

Recién fuimos a caminar por la Rambla de Montevideo. A despedirnos del atardecer que caía plácidamente sobre el Océano Atlántico mientras el aire frío nos golpeaba la cara.

Regresamos al hotelito a empacar.

Ahora Jennifer está durmiendo una siesta para aguantar el trote de esta noche, pues nuestros amigos uruguayos han organizado una cena para despedirnos.

Mientras tanto, yo me he escapado a un cafecito sobre Sarandí, justo a unos pasos de Plaza Independencia, para estar solo un rato.

Y aquí estoy.

Este es mi pequeño ritual de despedida. Cumpliendo mi sueño. Escribiendo.

Simplemente tengo un nudo color sepia en la garganta...

Ganas de llorar. Y de reir. Y de dar gracias. Y de abrazar a Jennifer. Y de llorar otra vez.

Todo me viene otra vez a la mente.

Tantos rostros, tantos paisajes, tantas sorpresas, tantos encuentros, tantos amigos, tanta vida...

Todo el recorrido en un golpe de emoción.

Todo el recorrido en un instante.

Hay momentos que exigen hacer silencio...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Amigo,
Me emociona tu relato. Tantas emociones se agolpan al llegar a la meta. Como bien dices el recuerdo de lo vivido y la incertidumbre de lo que te espera por delante...

Felicidades por completar este su primer sueño juntos. Estoy seguro que no será sino el primero de muchos más.

Un abrazo amigo,

Sergio