lunes, 23 de junio de 2008

Imágenes y sonidos de Puerto Rico

En el trópico todo es más grande...

Pasear por el bosque tropical "El Yunque" es como entrar por un momento al mundo prehistórico de hojas gigantes, helechos, plantas trepadoras... En cada espacio disponible se deja colar la naturaleza. Un tronco caído se convierte en el anfitrión de plantas, florecitas, musgos y hongos que se adhieren, crecen y lo envuelven. La naturaleza no escatimó cuando creó el trópico.



Collage del Rainforest y sus alrededores


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El Yunque es un bosque en donde viven varios bosques a la vez. Al ir subiendo por la montaña te envuelves en distintos climas y sabores. Las hierbas de más abajo son imponentes. El verde te envuelve. A cada lugar que miras hay plantas y tonalidades. Si te detienes por un instante, te quedas callado y escuchas, te verás rodeado de una sinfonía de ranas, pájaros e insectos. Instrumentos invisibles que se dejan escuchar cuando no hay intrusos.


Al ir avanzando hacia la cima el aire comienza a quedarse más quieto. El camino más solitario. Los sonidos se esconden. Se deja sentir la neblina. El silencio, que lo ocupa todo, se interrumpe solo por nuestras pisadas. Y de pronto, a lo lejos, se ve cómo las nubes atraviesan los arbustos. En un instante estás completamente rodeado por nubes... el bosque de nubes.


Abajo, en la playa de la isla de Vieques, aparecen como por arte de magia tres caballos corriendo sobre la arena. Se corretean y juegan, imperturbables, ante los turistas que los miramos soprendidos. ¿De dónde han salido? En algún lugar leí que vivían en esa isla todavía algunos caballos salvajes. Los que no se han dejado domar por el hombre... ¿serán ellos?


Para montar a caballo elegimos la Hacienda Carabalí en donde cientos de caballos pasean a grupos de turistas diariamente. No se ven tan contentos como los que vimos en Vieques. Aún así, bajo la lluvia, nos llevan a recorrer los senderos de bosque tropical.


Uno de los últimos días lo reservamos para visitar Arecibo, casi al otro extremo de la isla. Ahí está construido el observatorio más grande del mundo. Un radiotelescopio blanco envuelto entre el verde de las montañas. Un platillo que recibe señales en idiomas desconocidos. Y un grupo de científicos platican a diario sobre galaxias, pulsares y estrellas.


Sonido de Coquís bajo la luna, despúes de la lluvia en Rio Grande





El coquí, una pequeña rana café, es uno de los símbolos de la isla de Puerto Rico. Se deja escuchar todas las noches y sobre todo después de la lluvia. Aunque no pudimos verlas supimos que nos acompañaron durante nuestra estadía. Al caer la noche, se escucha su canto: "co-quí, co-quí, co-quí..."


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