viernes, 19 de junio de 2009

Preguntas sin respuesta

¿Soy la misma ahora que antes?

El primer fin de semana que pasamos en México a nuestro regreso lo compartimos con la familia. Una comida en el jardín en la casa de los papás de Arturo, con su familia y la mía. Los más cercanos.

El sobrino de Arturo, Paulo, un niño de cinco años, se acercó a platicarme y me llevó a donde estaba jugando. Entonces, me señaló una foto donde salimos Arturo y yo días antes de partir al viaje. La foto fue tomada en la boda de unos muy buenos amigos y nos vemos contentos, vestidos de boda, sonrientes.

“Mira”, me dijo Paulo: “aquí están Arturo y tú cuando eran otros”.

La frase me sonó al mismo tiempo extraña y cierta. Por supuesto que la forma en que estamos vestidos era otra y Arturo no tenía el bigote y barba que se dejó crecer durante el viaje. Pero, ¿se refería a eso o había algo más que estaba captando?

¿Somos otros ahora que volvimos del viaje? ¿Qué tan distintos éramos entonces y qué tan aparentes son los cambios?

Estoy segura que hemos cambiado pero por el momento me cuesta trabajo identificar en dónde precisamente están los cambios. ¿Cuál es la parte de uno mismo que cambia? ¿Cuál permanece?

¿Es uno el mismo en su propio país y en el extranjero?

Una amiga que hicimos en el viaje nos dijo que al estar en otro país es más fácil experimentar. A ella le gusta hacerlo. Se viste de otras maneras. Se peina distinto. Se atreve a ser otra por unos días mientras está en el anonimato del extranjero. Es más fácil experimentar allá, donde nadie te conoce, donde no tienes referentes contra quienes compararte. Y luego, al volver a tu país, puedes decidir quedarte con los cambios o volver a tu ser anterior.

En el extranjero uno no tiene pasado, no tiene huella. Solo tiene ese momento presente. Solo tiene ese encuentro. No existe la carga pesada que tenemos cuando estamos en nuestro país. Es cierto que uno se puede sentir más libre. Yo he sentido esa libertad. Esa ligereza de poder experimentar, modificarte, probar con otros estilos, hacer lo que uno nunca haría…

Pero, ¿qué sucede con todo eso al volver a tu país? ¿Dónde quedan registrados esos cambios? ¿Se pierden al pisar tu propia tierra? ¿Se mantienen?

¿Dónde quedó la ligereza?

En México todo comienza a cobrar otro significado. Me cuesta más trabajo sentirme libre y ligera. Comienzo a sentirme atada.

Y es que en el país de uno, uno está atento a captar las sutiles señales del lenguaje. No me refiero a las obvias sino a los subtextos. Al significado que subyace a cada cosa. En el extranjero me sentía totalmente libre para caminar por donde quisiera, vestida con la misma ropa de hace meses, sin importarme lo que otros pudieran opinar. Porque en el extranjero uno desconoce las señales sutiles, el otro lenguaje, el subtexto. Uno no está consciente de lo que significa decir “Caminé por San Telmo”, “Comimos en Palermo”, “Pasamos unas noches en Villa de Merlo”…

En cambio, en el país de uno, cada palabra se convierte en una carga energética. Cada palabra, cada gesto, cada entonación, cada mirada se deshace en miles de significados, deseables o indeseables, según el oyente. Así, por ejemplo, “vamos a comer a La Condesa”, “Me lo compré en Santa Fé”, “Vamos a vivir unos meses en Tepoztlán”… adquiere una carga de significado que va más allá de la obvia. Aunque uno no quiera, sus palabras se convierten en pesados discursos.

Los lugares dejan de ser simplemente lugares. Dejan de ser juzgados únicamente por su belleza o fealdad sino que entran en juego miles de cosas, cientos de subtextos que se comunican inevitablemente.

Estando en otro país uno tiene la ventaja –la libertad- de estar desprendido de todos esos otros significados. Una tienda es una tienda. Una calle, una calle. Un lugar, un lugar. Uno es ajeno a todo lo que ocurre a un lado, abajo, oculto a cada cosa dicha. Lo que hay es lo que se ve. Lo que se escucha. No hay significados ocultos porque uno desconoce la cultura. La palabra es sólo la palabra. Mientras que en el país de uno es imposible mantenerse ajeno a todos los subtextos implícitos en la comunicación. Esto convierte a cada elección en una carga pesada, atada de significados. ¡Y qué difícil resulta zafarse de esa carga!

Qué difícil resulta elegir sin sentirse atado. Qué difícil definirse a uno mismo por quien es y no por los significados que le atribuyen los que están a su alrededor.

¿Cómo mantener la ligereza del viaje en el país de uno? ¿Cómo mantenerse fiel a sí mismo cuando uno conoce los subtextos de cada decisión? ¿Cómo desprenderse de esas cargas?

¿Qué tantas cosas realmente necesito?

Me sentí abrumada al ver la cantidad de ropa que dejé en México. Cosas que no necesité durante el último año. Algunas cosas que difícilmente me acordaba que tenía.

Si no las usé durante los últimos doces meses, ¿por qué ahora tendría que necesitarlas? ¿Cuántas cosas cargamos en la vida que realmente no son necesarias?

Durante el viaje me acostumbré a cargar únicamente con lo indispensable. Dejar atrás las cosas extras que sólo nos pesarían más en los hombros. Sin embargo, es curioso que al llegar a México siento de pronto necesidad de cosas que durante el viaje no tuve y no llegué a extrañar.

En todo el viaje me sentí libre y desprendida, andando a pie, sin la necesidad de un coche. Acá me descubro pensando que necesitaremos un coche de nuevo. ¿Por qué? ¿De dónde surgen esas necesidades?

¿Son realmente nuestras o corresponden al mundo lleno de significados que dejamos atrás?

¿Realmente se puede vivir en el país de uno de la misma forma en que se vivió en el viaje?

Cuando tenga las respuestas a todo esto, se las diré.

O quizás no.

8 comentarios:

karina dijo...

Respuestas que me he dado a mi misma muchas veces (espero que te sirvan):

1.- Si se puede ser ligero en su propio pais.
2.- Para mantenerse ligero hay que salirse de vez en cuando (del pais) para recuperar perspectiva.
3.- Lo unico que cambio fue la forma nunca la esencia
4.- No, no necesitas gran cosa ni aqui, ni alla
5.- No, nunca se es el mismo en el extranjero que en su propio pais. (en el extranjero eres mas tu en forma pero repito, la esencia siempre es la misma)
5.- intentemos utilizar el lenguage comun sin subtexto, cuando la gente le de otro significado la miramos como si ellos fueran los raros... jaja puede estar divertido.

Pancho Bustamante dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Pancho Bustamante dijo...

Hola Jennifer: Las mejores preguntas son aquellas que no tienen respuesta pero que nos generan otras, no? (Esa brillantez se la robaron los psicoanalistas a los curas, pero cuánta razón tienen los malditos!)

Le acabo de escribir a Arturo y me preguntaba por dónde andarían estos cuenteros vagamundos mexicanos...

Está el viaje del que se desplaza en el espacio y cuenta los kilómetros. Pero también está el viaje del que se va a vivir al extranjero. Es lo que te pasa a vos y a Arturo, están viviendo en otro país diferente del que partieron hace unos meses atrás.

La profundidad de tus disquisiciones demuestra que el viaje recién empieza. Adelante y ¡guambia! no pierdas el pasaporte porque te quedan unas cuantas fronteras que atravesar. Esto lo digo más por reflexionador que por sabedor de estas cosas, aunque una pizquita tengo de ambos.

Un gran abrazo desde esta Montevideo hoy verdaderamente benedittiana

un lugar en el mundo dijo...

Hola Jennifer, como les decia en broma: Decidieron tomarse la pastilla roja. (Como en Matrix).

Todo toma otra dimension a partir de ahora, lo bueno que nadie sabe como es.

Saludos Sandra, Jorge y Ronin.

Anónimo dijo...

Hola Viajeros !!!

Una vez leí que es necesario vestirnos con decoro y alguien me enseño que vestirse con decoro es vestirse de acuerdo a la ocasión, creo que ustedes son un gran ejemplo de vestirse siempre con decoro, al leer sus reflexiones nuevamente me doy cuenta que están a tono, apropiadas al momento y que transmiten vida y enseñanza, yo no me atrevo a sugerir respuestas, porque no las tengo, prefiero unirme a sus preguntas y meditar en ellas para aprender aunque sea un poquito de todo lo que transmiten. Les mando un abrazo. Alex Saavedra

Unknown dijo...

Mi "querida" Jeni!
Y pongo querida entre comillas, porque también es un nuevo adjetivo para referirme a ti, cargado de un nuevo contexto. Después de un fin de semana de pura dicha, sonrisas y reflexiones, me atrevo a decir, que quedé con el corazón lleno de esa esencia suya: de esa esencia que a través de unos ojos nuevos logró no solo apreciar unas muy bonitas imágenes, sino ser testigo de los frutos cosechados de una aventura viajera.
Fue un verdadero regalo conocer almas como ustedes, livianas, apasionadas, y sobre todo capaces de transmitir tal inspiración!
Gracias por recibirnos con los brazos llenos y vacíos al mismo tiempo!
Un abrazo, a los de "ahora",
Maricarmen S.

Anónimo dijo...

Ich meine, dass Sie sich irren. Es ich kann beweisen. Schreiben Sie mir in PM, wir werden besprechen. cialis kaufen cialis preis [url=http//t7-isis.org]levitra 10mg erfahrungen[/url]

Anónimo dijo...

Es conforme con usted [url=http://csalamanca.com/comprar-viagra-generico/ ]la viagra natural [/url] realmente extraГ±amente http://csalamanca.com/comprar-viagra-generico/ viagra 100 mg